El 16 de julio de 1944
día de la Fiesta de la Virgen del Carmen, se realizó la solemne y concurrida
ceremonia de Bendición de la primera piedra del Santuario Nacional, y contó con
la presencia de una delegación argentina presidida por el vicario general castrense
del Ejército Argentino, monseñor Andrés Calcagno. Bendijo la primera piedra el
Sr. Nuncio Apostólico Monseñor Maurilio Silvani y
concurrieron al acto el Presidente de la República don Juan Antonio Ríos, el
Sr. Arzobispo de Santiago, ministros de Estado, el cuerpo diplomático, Sres.
Obispos de casi todas las Diócesis, el Vicario General Castrense del Ejército y
la Marina.
El discurso de fondo de la ceremonia, a nombre de
los Obispos de Chile, fue pronunciado por Monseñor José María Caro.
El 2 de noviembre de 1943 se cerró el concurso
internacional de anteproyectos para la construcción del Templo convocado por la
comisión Directiva Pro-Voto Nacional O’Higgins. El jurado estuvo compuesto por
el Vicario Castrense Monseñor Teodoro Eugenín, encargado del episcopado, el
Presidente del Colegio de Arquitectos de Chile don Alberto Risopatrón, el
Presidente de la Sociedad Central de Arquitectos Argentinos don Raúl Pasmán, un
representante del Colegio de Arquitectos de Chile don José Corteza, el jefe del
Departamento de Obras y Minería del Ministerio de Defensa de Chile don Ricardo
Alzadora y el artista Fray Pedro Subercaseaux.
Por unanimidad, el jurado acordó conceder el Primer
Premio al prestigioso arquitecto chileno Juan Martínez, el Segundo Premio lo
obtuvo el arquitecto argentino Carlos Pelanden.
Don Juan Martínez es una de las figuras que más ha
destacado entre nuestros arquitectos y fue un excepcional dibujante y
acuarelista. Fue decano de la Facultad de Arquitectura. Son suyas las obras: el
Pabellón chileno en la exposición mundial de Sevilla; las escuelas de Derecho y
de Medicina de la Universidad de Chile y la Escuela Militar.
En su proyecto para el Templo Votivo se manifiesta
la originalidad y vigorosa personalidad de Juan Martínez y su profundo conocimiento
de la arquitectura europea de los años 20 y 30. Algunos críticos reconocen
especialmente la fuerza del expresionismo alemán en el Templo de Maipú. Desde
1943 en adelante el arquitecto Martínez modificó algunos aspectos del proyecto
original, según lo atestiguan las maquetas y dibujos originales.
En la fotografía. El Cardenal Caro y el párroco
Alfonzo
PRIMERA PIEDRA DEL TEMPLO VOTIVO
